Los sectores de La Fuente y Macarena eran dos sectores
populares del Oeste de Santo Domingo. Antes de que estos existieran allí había una
explanada llana y verde, llena de árboles
frutales, arroyos, un gran rio. Próximo al rio la vegetación era exuberante.

Con la urbanización llego la contaminación. La falta de
servicios fue lo peor, y los ciudadanos teniendo que buscar alternativas para
solucionar sus problemas primarios.
Doña Pilar de la Cruz era una señora morena que había nacido
a finales de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo. Nacida y criada en el
sector La Fuente. Con solo dieciséis años se fugó con Pedro Silvestre, quien se
dedicaba a vivir de lo que apareciera. Tuvieron tres niños que lo iban criando
por las gracias del señor. En los barrios marginados las cosas son así, las
penas se consuelan entre todos, dicen que algún día saldrán de eso.
El hijo mayor de Doña Pilar se llamaba igual que su
padre. De niño fue muy enfermizo y a un vecino se le ocurrió llamarle Pocho.
Dice que había escuchado por ahí que a
las personas que se veían enfermiza le decían así. El apodo se le quedo al
chico.
Un sábado en la mañana un vecino llamado Aníbal Pérez fue
a buscar a Don Pedro para que le hiciera una conexión ilegal de energía eléctrica.
Don Pedro era muy ágil subiendo a un poste de energía eléctrica sin necesidad
de usar escalera. Don Pedro se alegró porque no había nada con que cocinar ese día.
Cuando el señor Pedro Silvestre subió al poste lo hizo
con seguridad porque ya conocía el lugar, solo que ese día estaba muy ofuscado
y perdió el cuidado; su cabeza hizo tierra con un alambre pelado, perdió el
equilibrio y cayó de allí. Llegaron pronto a urgencia, pero ya era tarde, Don
Pedro murió.
Doña Pilar quedo destrozada, a partir de ahí el hijo
mayor, Pocho, tuvo que encabezar la familia con solo catorce años de edad. Dejo
la escuela que no estaba avanzada para buscar que hacer.
En los países en vía de desarrollo, emplearse es difícil y
cuando lo consigue, pero tú no sabes nada que hacer, los sueldos dan para poca
cosa.
Los problemas y la falta de dinero llevaron al chico
a comenzar a delinquir con pequeños
robos y luego algunos un poco más grande. Luego vinieron las drogas, acompañado
de sexo con violencia.
Doña Pilar conocía muy bien el camino al cuartel de la
zona, ya eran mucho las veces que tuvo que diligenciar sacar a su vástago de prisión.
Aquel día que se habían escuchado disparos al norte del barrio por costumbre
fue a revisar al cuarto de los chicos. Pocho no estaba. Su corazón se aceleró,
le comenzó a doler la cabeza, ya no podría dormir más, ¿Dónde podría estar ese
muchacho? Se preguntaba.

La señora estaba confundida, no sabía qué hacer. Se decidió,
avanzo a la casa de Don Remi. Todo aquello era un mar de gente, todos hablaban
al mismo tiempo. Había vecinos en ropa de dormir. Encontró a una vecina. Esta
le dijo que el muerto era un ladrón y que no era de la Fuente, era de la
Macarena, un tal Gustavo.
Doña Pilar no sabía si alegrarse o preocuparse. Conocía a
Gustavo, sabía que era amigo de su hijo. Sabía a qué se dedicaban y el bullicio
comentaba que podía haber dos muertos. En eso salió Don Remi confirmo que sí,
que eran dos y que también le disparo al otro, inclusive le vio caer y
levantarse. Doña Pilar se puso pálida, inmediatamente salió hacia la macarena.
Continuara…
Humberto Guerrero
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