
El cuartel de policía estaba lleno de gente. La policía
se enteró temprano de lo que estaba pasando y salieron a hacer arrestos. Tal
parece que dejaron los sectores de la zona sin hombres porque se habían
capturados mucho. Ya se sabía que Pocho y Gustavo eran los del robo, pero la
policía se empecinaba de que habían más en el asunto.
El cuartel de la Policía en la Fuente era una pequeña
casa de madera, la cual ya estaba bastante gastada por el tiempo. Había sido
fabricada durante la dictadura de Trujillo. Resistió la Revolución de abril,
los 12 años de gobierno del doctor Balaguer. El que más daño le hizo fue el Huracán
David y luego La tormenta Federico. Estos fenómenos lo dejaron doblado para un
lado. Se recuerda que durante el huracán fue que escapo de allí “El enano” un
ladronzuelo de la comunidad que aprovechando los fuerte viento, no le importo
nada y salió huyendo. El sargento Pérez Doñe lo vio y solo dijo: “Pero miren a
ese loco, ¿y el cree que yo le voy a caer atrás”. Dos días después ya lo traían
de nuevo, dicen que en medio de los vientos estaba dentro de una casa , robando, sus dueños se habían a guarecido en la
escuela,
pero el hombre pasaba a
chequearla de vez en cuando, topándose con “el enano” allí. Le dio dos planazos
con un machete y lo llevo de nuevo al cuartel.

El Teniente De los Santos recibió a Doña Pilar, le
confirmo que el otro delincuente era Pocho y que informara si sabía dónde
estaba. La mujer lloraba a cántaro, la desgracia tocaba su puerta. Le dijo que
no lo había visto desde anoche que ceno y salió. No dijo para donde iba.
De los Santos se había criado allí y conocía a todo el
mundo. Pensó en el padrino del muchacho. Ese podía ser un lugar a donde él podía
irse. Inmediatamente se comunicó con las autoridades del Naranjo. Quedaron de llegar ellos a donde
Don Pepe, pero de todo modo los investigadores de crímenes de la Fuente harían
el viaje también. Despacharon a Doña
Pilar.

En el consultorio no estaba el médico que le atención en
la emergencia, esta vez le atendía una doctora. Parecía una persona muy amable,
era una mujer madura con cara de muchos conocimientos. Con una sonrisa le
invitaba a pasar y a sentarse. A pesar de su dulzura su mirada era intrigante,
eso atemorizaba a Rosa.
Esta fue directa y le pregunto a la señora si sabía que
la niña no era virgen. La sorpresa fue enorme, se sentía desfallecer, eso no lo
imaginaba. Miraba a la doctora y luego miraba a Rosa. Esta solo miraba el
suelo. La gran pregunta, ¿Qué paso?
La madre de Rosa se ponía las manos en la cabeza y
lloraba mucho, aunque ya ella no sabía si era por su hijo muerto o por su hija
echada a perder. Qué le diría su marido; pero, ¿Cuándo fue?, ¿Quién fue?
Rosa no decía nada, solo sollozaba, hasta que hablo,
entre lloro conto lo que paso, la madre entonces le decía que por que no confió
en ella, a lo que la niña respondía que tenía miedo de que él les hiciera daño
a ellos.
La doctora intervino e hizo pasar una psicóloga que
estaba cerca y que escuchaba todo lo que pasaba ahí. Le dijo a la madre e hija
que había otra noticia y que tenían que ser fuerte. Producto de las relaciones
sexuales de la chica, este había quedado embarazada. Que entendieran que era
una niña aun y que su estado era de mucha delicadeza.
Esa última noticia fue la estucada final para que aquella
señora no aguantara más y se desmallara. Rosa aun lloraba ma. Estaba muy asombrada,
pero también le preocupaba que a su madre pudiera pasarle algo.
Fuera del consultorio había llegado Camilo, el hermano
mayor de Rosa, conocía al médico de la urgencia y este le había contado lo que
estaba pasando en el consultorio, poniéndole al día con todo lo que ahí se
hablaba.
Al chico la cabeza le daba vueltas, solo pensaba que las
malas nuevas de ese día no se acababan, porque él venía a contarle a su madre
otra sorpresa sobre los hechos que estaban aconteciendo
Continuara…
Humberto Guerrero
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